Si hay segunda jugada, es del Girona
BAR, 1 – GIR, 2
El Girona ataca tan bien como mal defiende el Barcelona. No entiende cómo frenar el juego de dentro para fuera del Girona, quizá porque las líneas están demasiado separadas y porque no todos están dispuestos al sacrificio defensivo (véase Félix y Raphinha, también Lewandowski cuando le superan su línea). Y en el fútbol actual, tan estudiado, tan trabajado, si no todos van a una se encuentran más fisuras de las pensadas. Eso lo sabe el Girona, que ataca y defiende con todo, que sabe lo que se hace y que, de paso, juega con una gran confianza. De ahí que se lleven también todas las segundas jugadas, clave para ganar cualquier partido.