Desde que comenzaron las obras del Tren Maya, habitantes de la zona, activistas y expertos en derecho ambiental alertaron sobre el desequilibrio que se podría ocasionar en el ecosistema de la región. Sus temores se confirmaron a principios de julio cuando se rellenó el Estero de Chac, un humedal que conecta con la Laguna de Bacalar, para permitir el paso de materiales de construcción. Gracias a la denuncia social, la construcción quedó en suspenso y se comenzó a quitar el concreto de la vía acuática, pero este incidente reavivó uno de los principales interrogantes sobre la megaobra del sexenio de Andrés Manuel López Obrador: la falta de estudios sobre el impacto ambiental.
“Hay que mirarlo desde diferentes ángulos. El primer ángulo es desde el punto de vista de la legalidad. Como se ha señalado a lo largo del tiempo, las autorizaciones respectivas no han sido recibidas en tiempo y forma. Para poder realizar una obra de esta naturaleza, deben haber contado con autorización en materia de impacto ambiental. Lo que dice la ley es que las autorizaciones se deben solicitar con anterioridad al inicio de la obra”, explicó Gustavo Alanís-Ortega, presidente de la Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).
“El segundo tiene que ver con la afectación o contaminación que se puede generar en los cuerpos de agua, ese es un tema que creo que no se ha considerado desde el punto de vista técnico. Me parece que esto es por falta de planificación, por falta de tener un proyecto bien organizado. Lo que ha primado es la prisa, la prisa”, reflexionó.
¿Qué es el Estero de Chac?
En el Estado de Quintana Roo existe un conjunto de lagunas conectadas por canales y por cientos de hectáreas de humedales, entre ellas el Estero de Chac, que forma parte de la laguna de Bacalar. Según expertos, este sistema alberga el arrecife bacteriano más grande del planeta, y su salud depende de la posibilidad de libre intercambio de agua entre las lagunas, el río Hondo y el mar Caribe.
Cuando se filtraron las fotos de los daños en el paso de agua, la Secretaría de la Defensa Nacional —el grupo a cargo de la construcción del Tren Maya— aseguró que se trató de un “error humano” por parte de uno de los ingenieros involucrados en el proyecto. Aunque la solución de construir pasos elevados tampoco fue aceptada por los vecinos de la comarca por posibles derrumbes de la vía férrea, por no hablar de la modificación del hábitat de cientos de especies autóctonas.
“Se han minimizado las especies de flora y fauna, se ha minimizado el tema de los cenotes, cuevas, ríos subterráneos, se ha minimizado el patrimonio arqueológico, se ha minimizado el relleno de las cuevas, e inexplicablemente no hay ninguna consecuencia, ninguna responsabilidad… es como si nada”, dijo Alanís-Ortega.
¿Cuál es el impacto ambiental del Tren Maya?
Ante la falta de transparencia por parte de las autoridades, ambientalistas trabajan para documentar el verdadero impacto que ha tenido la construcción del Tren Maya en el Estero de Chac, en otros cuerpos de agua cercanos y en la selva que atraviesa. Hace apenas unos días surgieron evidencias de que un jaguar y un ocelote fueron atropellados en la vía cercana a uno de los tramos de la obra, posiblemente mientras intentaban moverse debido a la fragmentación de su hábitat. Estas especies están en peligro de extinción.
“Tendrían que pasar varias cosas, una de ellas es que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) esté detrás del asunto para poder verificar los daños, afectaciones y desequilibrio ecológico que lo puede estar provocando, y actuar en consecuencia. Están legalmente obligados, cuando tengan conocimiento de la comisión de un delito ambiental, a dar aviso al Ministerio Público”, ha detallado Alanís-Ortega.
La lucha por la conservación del medio ambiente a través de la vía legal ha sido liderada por organizaciones no gubernamentales como el CEMDA, que ha interpuesto medidas cautelares contra varios tramos del Tren Maya, además, ofrece apoyo a los pobladores que se han animado a denunciarlo por sus propios cauces.
“No se trata de ir contra el trabajo por ir contra el trabajo, es que tiene una serie de falencias desde el punto de vista jurídico-ambiental que no se pueden ignorar, pero en la oficina siempre hemos dicho que todo es bienvenido. Necesitamos crecimiento y desarrollo, inversión y generación de empleo, por supuesto, respetando la ley, respetando la naturaleza y los derechos humanos de las personas que están en la región”, concluyó el presidente del CEMDA.
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