Florentino y Piqué se dan la mano | Deportes

Leo las últimas observaciones de Gerard Piqué en un encuentro de profesionales del sector (“profesionales del sector” como respuesta para todo, sin aclarar nada más) sobre el futuro del fútbol. Siempre es interesante escuchar a Piqué porque Piqué es arriesgado: lo era hablando como futbolista y lo es más ahora como exfutbolista. Piqué siempre ha tenido sentido del espectáculo. La manita del Bernabéu, sus tuits o las provocaciones al madridismo han obedecido siempre, o casi siempre (a veces se le notaba rabioso), a un instinto muy fino de entretenimiento estadounidense. ¿Quieres quedarte con la audiencia? Crea imágenes simbólicas, tira un beef, haz levantar de pasión o de ira al tipo que se duerme delante de la pantalla.

Piqué lleva unos años dándole vueltas a la idea de hacer un fútbol más atractivo. Hay propuestas suyas que hoy nos parecen chorradas (a mí me lo parecen), como la de eliminar a un jugador cada poco durante la prórroga para aligerar el juego y darle emoción (más aún) al partido, que quizá en el futuro no lo sean tanto. En general las ideas embrionarias de las revoluciones suelen parecer, al ser pronunciadas, entre irrealizables y disparatadas. Esta me lo parece, pero vete tú a saber qué pienso dentro de veinte años: no hay que comprometer mucho a nuestros yos del futuro.

Hay otra idea que es idéntica a la expresada por Florentino Pérez hace unos años. Tiene que ver con la duración de los partidos. Piqué y Pérez están de acuerdo con que hay que hacer algo para que a los chavales no se les haga tan largo un partido. “Si no atiendan los 90 minutos, habrá que acortar el tiempo o algo”, coinciden. Hay una parte en la que tienen razón. Cuando quiero enseñarle a mi hijo un vídeo de 50 segundos –algo gracioso, no una conferencia– aparta el móvil y dice: “Muy largo”. A veces basta que el vídeo sea de 30 segundos. En los tres primeros segundos tiene que pasar algo impactante si quiero que atienda. Dije mi hijo, pero también puedo decir yo. Nunca hasta ahora había visto películas en dos o tres días, y con algunas me pasa. De los libros no hablo: leo más que nunca, y de la forma más dispersa (minutos de publicidad: leí esta mañana varias páginas ahora de As malas mulleres de Marilar Aleixandre y de 70 grados norte de Xaime Toxo que compré este sábado, de tarde varias de Los destrozos de Easton Ellis y La parcela de Alejandro Simón Partal, dos reportajes de El País Semanal y un artículo de Mujer Hoy sobre Jaime del Burgo en el que descubro una errata fascinante de un texto antiguo de Del Burgo: “Soy feminista convicto”, que me recuerda a otra maravillosa en un reportaje estupendo en El Periódico de España sobre setas: “Empieza la época mitológica”).

Quiero decir: Florentino Pérez y Gerard Piqué están de acuerdo con que 90 minutos de un partido de fútbol es mucho tiempo para que un joven atienda todo el rato, pendiente como está de tantas pantallas, provocado por tantos estímulos ajenos. Pero como los partidos no atrapan al espectador, se les ocurre que una idea es acortar el partido como manera de fomentar el espectáculo. El fútbol es entretenimiento, como dice Piqué, pero sobre todo es emoción, pasión: nos interpela a los fans a veces de de forma grave. Un partido del Madrid en semifinales de Champions me tiene todo el día con el estómago vacío y no hay minuto de esos 90 que no exprima más en todo el día; me da igual que no pase ningún equipo del mediocampo: el entretenimiento soy yo –es el fan­– y lo que tiene en juego. A esos partidos se llega así porque antes hubo otros que rozaron el aburrimiento, el espanto o la crueldad. Lo que no se puede pretender es que en la primera jornada de Liga el fútbol nos interese más que en primavera.

Hay otro remedio, eso sí, este mucho más práctico: que el partido coja al espectador del cuello desde el primer minuto y lo zarandeé los 90. ¿Vieron ustedes la Premier esta jornada y las jornadas anteriores? ¿Contabilizaron goles, estrellas y jugadas? ¿Vieron la Liga? Entiendo que lo normal, los 90 minutos se te hacen largos, quieras acortarlos. Pero lo mejor del fútbol es cuando se te hacen cortos. Que es cuando importa mucho más cómo se entretienen los jugadores en el campo que los aficionados fuera.

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By Confidencial de México

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