“Nos faltaba un poco de altura. En balón parado y centros teníamos que sufrir”, admitió resignado Carlo Ancelotti después de encajar el empate en el minuto 93 con dos cabezazos dentro del área de Memphis Depay y Marcos Llorente.
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Andriy Lunin, Nacho, Dani Carvajal, Lucas Vázquez, Ferland Mendy, Federico Valverde, Jude Bellingham (Dani Ceballos, min. 88), Camavinga, Kroos, Brahim Diaz (Joselu, min. 70) y Rodrygo (Modric, min. 76)
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Oblak, Mario Hermoso, Witsel, Savic, Marcos Llorente, Rodrigo Riquelme (Nahuel Molina, min. 45), Koke (Correa, min. 67), Saúl (Samuel Lino, min. 60), De Paul (Pablo Barrios Rivas, min. 61), Griezmann y Morata (Depay, min. 60)
Goles 1-0 min. 19: Brahim Diaz. 1-1 min. 93: Marcos Llorente.
Árbitro José María Sánchez Martínez
Tarjetas amarillas Saúl (min. 37), Mario Hermoso (min. 38), Pablo Barrios Rivas (min. 84) y Depay (min. 95)
Rüdiger (1,90) no se recuperó a tiempo del fuerte golpe en el muslo izquierdo que sufrió el jueves en Getafe, tampoco estaba el sancionado Tchouameni (1,88), y para tapar el socavón Ancelotti colocó a Carvajal en el centro de la defensa, que solo había aparecido ahí durante la media hora de la prórroga de los cuartos contra el Chelsea en 2022 en plena epopeya, y que apenas mide 1,73 metros. Como lateral derecho, Lucas Vázquez, otro que no pasa del 1,73. Mendy y Nacho, ambos con 1,80, completaban la zaga. Un penúltimo dique blanco de bajitos, remendado a la fuerza por problemas físicos y reglamentarios, que acabó derribado en el descuento de forma fatal.
La respuesta de Simeone resultó cantada: centros y más centros. Hasta 27 mandaron los suyos, por los 12 del Madrid. “Tenían más altura y nos han ganado en un duelo aéreo. Son más altos y así es más sencillo ganar por arriba”, aceptó el técnico, que recurrió a las leyes más evidentes de la física y no puso pegas a los suyos. “El plan era, primero, presionar en los laterales para evitar centros cómodos. Y luego defendimos en zona. Ahí Camavinga y Valverde estuvieron bien”, analizó.
Sacó la manopla Lunin a un testarazo de Witsel, lo intentó al instante Morata, luego Saúl, el de Savic fue dentro pero se anuló por un fuera de juego de Saúl… El Madrid cerró la previsible vía de fuga durante 93 minutos. Insuficiente. La velada de Brahim y la faena estajanovista de Valverde quedaron inconclusas en el alargue.
El goleador que nadie anunció
Cinco minutos antes de empezar el partido, la megafonía del Bernabéu anunció a Vinicius. Lo esperado. Sin embargo, justo cuando iban a comparecer los jugadores, se comunicó que Joselu saldría en lugar del brasileño, aquejado durante el calentamiento de un problema en las cervicales. Pero luego el que apareció por el túnel de vestuarios no fue el delantero centro, sino Brahim. Una confusión que la gente tuvo que ir descifrando por sí misma. El malagueño anotó el 1-0 en el 21 y nadie había informado de su presencia en el once. De repente, Brahim, un ratón de área para marcar el único tanto blanco.
La primera elección cuando Vinicius se cayó fue Joselu, pero en el último instante el italiano se lo pensó mejor y optó por el juego más asociativo de Brahim. El plan defensivo también influyó porque, según puntualizó Ancelotti, el malagueño les permitía no alterar el escudo de protección. En el 70, Carletto regresó a su primera elección (Joselu por Brahim) y el anfiteatro lo despidió de forma atronadora. De largo, la mayor amenaza del Madrid. Nadie lo anunció por megafonía y acabó aclamado.
La segunda parte del plan de Carletto era Valverde, al que le pidió que recuperara su versión de híbrido, como en la Champions de 2022. El uruguayo no era nada concreto y era de todo un poco. Se metía como tercer central para arropar a Carvajal, salía a seguir a Griezmann, se sumaba al medio como interior en su papel más clásico, cubría las subidas de Lucas Vázquez, y hasta se sumaba al ataque para ser el primero en presionar, dirigir o terminar una contra.
En el descuento andaba el primero presionando a Oblak. Hasta que en el enésimo centro atlético, la zaga de bajitos que había tenido que montar Ancelotti por las ausencias de Rüdiger y Tchouameni terminó cazada sobre la bocina.
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