La osadía y la insensatez están separadas a veces por una raya muy fina, pero en otras ocasiones hay una franja muy ancha que las delimita. En la trepidante y muy bella partida de este video se pueden apreciar ambos casos. Gabor Papp (Hungría, 1987) sigue con cierta osadía los principios clásicos del ajedrez dando preferencia al desarrollo armónico de sus piezas y aceptando el riesgo que implica sacrificar material en grandes cantidades para lanzar un furibundo ataque al rey. Su audacia se sustenta en sólidos cimientos estratégicos y virtuosismo táctico.
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