Las finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex) están en llamas. La petrolera va cuesta arriba para reflotar sus finanzas, luego de que la agencia Fitch Ratings decidiera bajar la calificación de la estatal de BB- a B+ con perspectiva negativa. Un bache que eleva su percepción de riesgo y aumenta el coste de la nueva financiación. El asunto no es menor para la petrolera más endeudada del mundo, con una deuda de más de 107.000 millones de dólares. Ante un horizonte de créditos caros, los analistas coinciden en que la forma más viable de rescatar a la petrolera requerirá un nuevo desembolso por parte del gobierno federal.
Fitch basó su decisión en el débil desempeño operativo de Pemex y el impacto social y ambiental negativo. Además, la agencia mantendrá la calificación de la petrolera en perspectiva negativa por las dudas que se suscitan sobre la voluntad del gobierno federal de brindar liquidez a la paraestatal. Esta es la tercera revisión a la baja desde que Pemex perdió su grado de inversión, en junio de 2019. De las tres principales calificadoras, solo S&P mantiene a la empresa con una evaluación dentro del espectro de grado de inversión en BBB. En cambio, Moody’s le asignó una calificación B1 (cuatro escalones en el rango especulativo) en julio de 2022, un nivel equivalente al B+ de Fitch.
La rebaja de calificación golpea directamente las ya débiles finanzas de la compañía petrolera. La caída en la calificación crediticia de Pemex limitará aún más sus fuentes de financiamiento en el futuro. Fitch calcula que el Gobierno deberá gastar unos 20.000 millones de dólares más de lo que recibirá de la petrolera en 2026 y 2027. En su análisis, la dependencia expresó sus dudas sobre la capacidad y voluntad de la Administración federal para mejorar la liquidez. de la compañia . “Pemex enfrenta vencimientos de bonos de deuda internacional por 4,600 millones de dólares en 2023 y 10,900 millones en 2024. El refinanciamiento de esta deuda expondrá a la empresa a mayores gastos por intereses que estresarán aún más su flujo de caja. La imposibilidad de refinanciar la deuda de los mercados de capitales con instrumentos financieros similares u otros a largo plazo exacerbaría su riesgo de liquidez a finales de 2024″, advierte la calificadora.
Según el análisis de Intercam Banco, la más reciente explosión en una plataforma en el Estado de Campeche, que dejó dos trabajadores muertos, ocho heridos y uno desaparecido, ha sido la gota que colmó el vaso para que la agencia rebajara la calificación de Pemex. . Según cálculos de Intercam, este último accidente en la sonda de Campeche significará pérdidas por 132 millones de dólares. El incidente, añade la entidad financiera, provocará un déficit de 100.000 barriles de crudo al día, en definitiva, dos millones de barriles a finales de este mes. Intercam advierte que para que la paraestatal suba de rating, la empresa debe mejorar su plan de negocios y el Gobierno debe asumir el compromiso de cubrir el 75% de su deuda,
Precisamente este lunes, diversas organizaciones ecologistas han denunciado que en días previos al incendio en esa misma zona se produjo un gran vertido de hidrocarburos —con una extensión de 400 kilómetros cuadrados—, incidente que según las primeras versiones ha sido captado por imágenes de satélite. .
Este percance se suma a una serie de accidentes en más refinerías y plataformas petroleras. Pemex reconoció en febrero pasado dos accidentes en Veracruz, uno en la refinería de Minatitlán y otro en el municipio de Ixhuatlán del Sureste. Ambos percances sumaron un saldo de ocho trabajadores muertos y nueve heridos. Las cifras de la paraestatal dan cuenta de cómo se han multiplicado los accidentes en sus instalaciones: en el primer trimestre de 2021 su índice de gravedad se ubicó en seis días perdidos por millón de horas hombre trabajadas, para el mismo período de 2022 la cifra subió a 11 días perdidos y al primer trimestre de 2023 el índice subió a 32 días.
Fluvio Ruiz, analista del sector petrolero y exdirector de Pemex, lamenta que tanto el índice de gravedad como la frecuencia de accidentes y percances en Pemex hayan aumentado en los últimos años. El especialista también advierte que en recientes accidentes en Campeche, la Agencia de Seguridad, Energía y Medio Ambiente (Asea) -organismo desconcentrado del Ministerio del Ambiente- no se presentó a investigar las causas del percance. “La industria petrolera es una industria de alto riesgo, por lo tanto, debe tener un regulador fuerte que supervise las condiciones en las que los trabajadores petroleros realizan su trabajo”, señala.
Sobre las repercusiones de estos incidentes en las finanzas de la petrolera, Ruiz explica que desde abril de 2022 Pemex había asumido el pago de su deuda, es decir, sin ayuda de la Administración central, sin embargo, esto podría cambiar ante la reducción de Fitch. . Ruiz agrega que si bien este gobierno ha capitalizado a la petrolera y le ha permitido tener recursos propios para sanear sus finanzas, estas inyecciones no han sido institucionalizadas a través de una modificación en la Ley de Ingresos de Hidrocarburos, por lo que paga incertidumbre sobre el futuro. de la compañia. “Falta una revisión del régimen tributario de la petrolera que se plasma en reformas”, comenta.
Luis Miguel Labardini, socio de la consultora energética Marcos y Asociados, señala que el gobierno decidió desconectar los recursos a Pemex este año porque apostaba a que los precios del crudo se mantendrían altos. Sin embargo, lejos de subir, el precio del crudo ha caído en lo que va de año. El Presupuesto de Egresos 2023 fue aprobado con un precio del barril de 68.7 dólares y actualmente la mezcla mexicana cotiza entre 65 y 66 dólares el barril.
Al inicio de su mandato, el presidente López Obrador abrió la puerta a una serie de estímulos a favor de las finanzas de Pemex —más de 45.000 millones de dólares de 2019 a 2022— con capitalizaciones, exoneraciones tributarias y otras formas de apoyo para reflotar la paraestatal, pero esta ventana se ha ido cerrando a lo largo de los años. Labardini advierte que el Ejecutivo tendrá que cambiar de postura y reabrir el grifo de los recursos a favor de Pemex. “Lo que más nos conviene es tener una compañía petrolera saludable”, concluye.
La moneda sigue en el aire. En el último tramo del mandato, el Gobierno de López Obrador se enfrentará a la encrucijada de mantener su posición y cerrar su cartera a Pemex o, por el contrario, aceptar que fuentes alternativas de financiamiento para Pemex serán más costosas y optar por nuevas capitalizaciones. para evitar cualquier riesgo de incumplimiento y con ello abrir una brecha mayor.
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